John Constable (East Bergholt, Suffolk, 11 de junio de 1776 — 31 de marzo de 1837) fue un pintor inglés de paisajes. La región de Suffolk fue el tema preferido de sus paisajes, hasta el punto de que el área del Valle de Dedham, en dicha región, se conoce como «el país de Constable». Su obra más famosa es El carro de heno. Al principio de su carrera pintó retratos y algunos cuadros religiosos. Pero a partir de 1820 se dedicó casi exclusivamente a los paisajes. El tema de sus cuadros eran sus paisajes más familiares: Suffolk, Essex y Brighton. Se le considera el gran renovador del paisajismo inglés. La visión de la naturaleza de su niñez había quedado grabada en su memoria con una luz tan brillante y con una definición tan nítida que se constituyó en su principal fuente de inspiración artística a lo largo de toda su vida. Sus paisajes son paisajes vividos y por tanto no podemos decir que sean neutros: es lo que le distingue de la pintura realista. Constable no busca el realismo exacto en la representación de las cosas, sino la capacidad que tienen las cosas para evocar ideas o emociones. A partir de 1825, se produce un punto de inflexión en su obra y paulatinamente se va viendo en ella un naturalismo más sombrío y melancólico, de añoranza, donde los paisajes se cargan más de sentimiento. El naturalismo de sus primeros años da paso a un expresionismo y subjetividad mayores. Esto se verá aún más acusado tras la muerte de su mujer, María, en 1828. Se preocupaba por el paisaje y, sobre todo, por los efectos ambientales de la luz sobre la naturaleza. Elige paisajes con nubes inestables, en los que el aspecto cambia de un momento a otro. Constable afirmó: «La forma de un objeto es indiferente; la luz, la sombra y la perspectiva siempre lo harán hermoso». Su técnica resulta renovadora: pequeñas manchas y trazos superpuestos. Aplica una pasta espesa, a veces con espátula, lo que le aleja de la limpieza y luminosidad de otros artistas británicos de la época, cultivadores de la acuarela, técnica más de moda.